







Espiga de verso
que duerme en mis palabras.
Grita desde la lejanía,
voz silenciosa que escalando me dice,
que mirando me habla.
Tierna sonrisa que traspasa el alba
esa la de los infortunios
de los murmullos de las almas.
!que importa si no estás en mis montañas!
los papeles te absuelven,
desde las madrugadas.
Mariposas y lirios perfuman carcajadas
que evocas en la brisa,
de una mañana clara,
donde el viento se acerca
llevándote pancartas
de mi dolor interno,
de no decirte nada y decirte, sobrina:
con voz inusitada ....
que hay una tía lejos,
!una tía que te ama!
Mi sobrina
Mi sobrina
Creció lejos de mi huerto
como una flor pincelada
que con su verbo callada
está anclada allí en su puerto.
Juega y en su trono cierto
de princesa y aventura,
va creciendo en la futura
expresión de su saber
y sé que sabe querer
porque es niña tierna y pura.
Se educa con la finesa
de hogar pleno de candor,
llevando en su resplandor
la sonrisa cual sorpresa.
Inteligencia y puresa
de alma noble y venturosa
se da cita en cada rosa
pues de pétalos su piel
baña con gotas de miel
a una niña primorosa.
Ahora que va victoriosa
escalando mil peldaños,
conjugará por los años
su vida maravillosa.
Y si le faltó una cosa,
una tía, cual lejana,
ella sabrá que mañana
en papeles escribió
lo que nunca le contó,
desde el verso de una nana.
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